Cuarto Camino

El Cuarto Camino de G. I. Gurdjieff, P. D. Ouspensky y Maurice Nicoll es el camino del hombre y la mujer equilibrado.  Este Camino brinda técnicas, conocimientos y prácticas que nos permiten acceder a un nuevo estado de equilibrio interior.

¿Qué es el Cuarto Camino?

  • El Cuarto Camino es el camino del hombre y la mujer equilibrado. Quien lo dio a conocer a principios del siglo pasado fue un enigmático y carismático personaje cuyo nombre era George Ivanovitch Gurdjieff. Gurdjieff nació en Armenia en el año 1866 y falleció en París en 1949. Sus 83 años de vida estuvieron signados por la aventura y la pasión de hacer llegar al hombre un conocimiento que lo libere de la esclavitud en la que se halla.
  • No se trata de una esclavitud física, sino una de tipo psicológica. Esclavo de su ignorancia, miedos, prejuicios, dudas o emociones negativas.
  • Frente a esta desintegración psicológica, Gurdjieff propone la integración de las distintas vías de desarrollo a través de un trabajo integral y simultáneo sobre todos nuestros Centros o Funciones. El Cuarto Camino propone trabajar a la par sobre el Centro Motriz (cuerpo y salud física), Centro Emocional (sentimientos, emociones y mística) y Centro Intelectual (desarrollo del pensamiento y del conocimiento). El resultado: un conocimiento práctico y teórico sobre el hombre y la mujer del Siglo XXI, que viene a nosotros en respuesta a muchos de nuestros conflictos, y que resuelve las necesidades de desarrollo interior del hombre y mujer actual.
  • ¿Qué es el Cuarto Camino?
    Tradicionalmente en Oriente siempre se concibió la evolución del ser humano como una evolución de su ser psicológico. Históricamente existieron 3 caminos de evolución en Oriente: El primero se llamó el camino del Faquir. Este es el camino del individuo que aprende a conocer su cuerpo y a dominar las sensaciones. El segundo camino es el camino del Monje, en este camino el individuo se perfecciona en su devoción, en su sentimiento hacia lo superior; y el tercer camino es del Yogui, aquí la persona trabaja en el estudio intelectual y en el entrenamiento de su pensamiento.
  • ¿Qué encontramos parecido a esto en Occidente?
    En Occidente hace ya mucho tiempo (desde la Antigua Grecia) que dejaron de existir los caminos de evolución psicológica. Sin embargo, podemos encontrar analogías entre estos tres caminos y tres aspectos fundamentales de la constitución psíquica del individuo. El primer camino, el del cuerpo físico, lo encontramos en Occidente expresado en el individuo en quien la función motriz es la predominante. Ejemplos de estos tenemos en aquellos que realizan tareas fundamentalmente donde el cuerpo se halla comprometido en gran medida. Deportistas, obreros y las labores más físicas agotan habitualmente la energía disponible para otros asuntos. El camino del monje, el segundo camino, podemos hallarlo en las personas más de tipo emotivas, el sentir y la emoción es lo más determinante en sus vidas; sus decisiones se circunscriben más que nada a aquello que le causa agrado o desagrado. A estos individuos las emociones les juegan trampas mortales, pueden ver santos en demonios o viceversa por el extraordinario poder que tienen las emociones en sus vidas. El tercer camino, el del Yogui, más que nada esta encarnado en Occidente por todos aquellos universitarios, profesionales de grado y personas en quienes los libros y las especulaciones intelectuales son su principal herramienta de interpretación del mundo.
  • Gurdjieff justamente explicó que los tres caminos orientales estaban destinados a tres tipos bien definidos de individuos con rasgos destacados y claramente diferenciables. Agrego además que la mayor parte de la población mundial vivía unilateralmente en uno de estos tipos en desmedro o con poca consciencia de los otros dos tipos. Es común ver esto en el poco entendimiento mutuo que encontramos entre los tres tipos. El motriz no entiende al intelectual, quien a su vez no entiende como el emotivo no evalúa racionalmente sus decisiones. Empero, la totalidad del ser humano es la unión de motricidad, emocionalidad e intelectualidad. Si una de estas funciones es tirana de las otras, tenemos lo que hoy predomina por doquier, la fragmentación de consciencia en múltiples personalidades que Gurdjieff llamó “Yoes” o subpersonalidades autónomas. Porque no podemos ignorar una parte de nuestra totalidad sin que esta cobre vida y reclame su derecho a una existencia digna y mejor. Entonces, por ejemplo, somos excesivamente racionales y la emoción reclama atención con caprichos ridículos y el cuerpo, lo motriz, atención con stress y nerviosismo.
  • He aquí la necesidad de un Cuarto Camino. En este camino, el camino del hombre equilibrado, pensamiento, sentimiento emoción, motricidad-cuerpo, son igualmente importantes y vitales. Solamente desarrollando los tres aspectos simultáneamente el individuo hallará el equilibrio interior. El nombre hindú para este camino fue el Raja Yoga, o rey de los yogas. Aquí en occidente Gurdjieff le dio el nombre de “Cuarto Camino”.
  • El Cuarto Camino de Gurdjieff, brinda técnicas, conocimientos y prácticas que permiten al hombre y mujer del Siglo XXI acceder a un nuevo estado de equilibrio interior.

¿Quién fue Gurdjieff?

  • George Ivanovitch Gurdjieff tuvo una vida extraordinariamente rica. Nació en Armenia, el 13 de enero de 1866. Su madre era Armenia, y su padre, Ioannas Giorgiades,de origen griego. Gurdjieff realizó un extraordinario aporte a la humanidad, traduciendo conocimientos muy antiguos provenientes de Oriente a un lenguaje para el hombre y la mujer Occidental del Siglo XX y XXI.
  • Se han escrito cantidades de estudios y memorias en relación a la figura de Gurdjieff, incluso se lo cita en la Enciclopedia Británica; en 1979 su libro autobiográfico “Encuentros con Hombres Notables” fue llevado al cine, en la película sobre la vida de Gurdjieff dirigida por Peter Brook; se dan seminarios sobre sus ideas en la Universidad de Oxford, entre otras de las grandes Universidades del mundo que acogen sus conceptos. De todos modos, su influencia para la posteridad está aún en movimiento; sus producciones fueron 4 libros publicados, un ballet, 300 piezas para piano y alrededor de 100 danzas o “Movimientos Sagrados”, y símbolos (como por ejemplo el del Eneagrama) que han servido de base a nuevos sistemas educativos y terapéuticos como el de Claudio Naranjo en la actualidad (que tal como él lo relata, tomó de las enseñanzas de Gurdjieff).
  • Gurdjieff fue el factor decisivo y vivificante de innumerables vidas, dan testimonio de ello sus discípulos que continuaron con su obra y el movimiento de Cuarto Camino para el desarrollo armónico del hombre. Entre los discípulos más destacados de Gurdjieff encontramos a P. Ouspensky, Maurice Nicoll, Rodney Collin, Thomas y Olga de Hartmann, J.G. Bennett, Jeanne de Salzmann, entre otros. Gurdjieff enseño en Europa y Estados Unidos, aunque los alcances de su influencia se extienden a todos los continentes; de hecho en América Latina se ha continuado su legado a través de sus discípulos directos o indirectos de él como Rodney Collin (quien fuera secretario de Ouspensky y realizara viajes a la Argentina; hasta su fallecimiento en el Cuzco, Perú). A través del sistema del Cuarto Camino puede decirse que ha ampliado la psicología como el estudio del alma con el más amplio concepto de desarrollo del potencial humano. La continuidad de la aventura humana parece depender cada día más de este despertar que propugnaba Gurdjieff.
  • En 1949, realiza su última visita a los Estados Unidos para supervisar la edición de sus libros. Ese mismo año, su salud empeora y, tras realizar la coreografía de su ultimo “movimiento” (el N° 39), se desploma y es conducido al Hospital Americano de Neuilly. Rodeado de discípulos, falleció en la mañana del 29 de octubre y fue sepultado en Fontainebleau, Avon, junto a su madre y su esposa. Luego de morir se produjo un apagón que dejó sin luz la catedral donde se velaba y sus inmediaciones. Señales de la naturaleza cuando un maestro se va. Después del solemne entierro, Jeanne de Salzmann dijo a sus discípulos: “Cuando un maestro como el señor Gurdjieff desaparece, no puede ser reemplazado”.

Observación de Sí y Recuerdo de Sí

  • En dos características encontramos encerrado al hombre de nuestros días: en la sobre ocupación, que alterna con el hambre a excitarse de las variadas seducciones de nuestro tiempo, en el agobio sin descanso, y por el otro lado lo vemos en el aburrimiento, en el no encontrar un sentido en su vida, de tener que depender de las circunstancias impuestas, de ir constantemente a la caza de entretenimientos, de distraerse.
  • Ambas formas de llevar la vida (que se observan tanto aisladamente como también conjuntamente, alternándose y de continuo intercambio de acuerdo a motivaciones externas e internas en el mismo hombre) señalan que somos en cierta manera esclavos de las circunstancias. Esclavos de causalidades, de acontecimientos que nos llevan, nos arrastran y nos conducen por caminos estando dormidos, sin darnos cuenta realmente a dónde somos llevados.
  • Una vez nos damos cuenta de esta situación, nos asombramos, en tal instante logramos encontrar un instante de tranquilidad y silencio para comenzar, sin mayores conocimientos ni prácticas disciplinadas a observarnos. Ahí nos preguntamos:
    “¿Por qué tengo que ser así como soy? ¿Por qué tengo que dejarme arrastrar por las circunstancias y situaciones de la vida? ¿Por qué no puedo ser dueño y señor sobre mí mismo?”
  • Estas preguntas que serán como fuego en el interior del hombre, no nos dejarán en paz. Cuando se avienen tales cuestiones con sinceridad, el hombre buscará en silencio su solución. El hombre superficial siempre buscará al culpable fuera de sí mismo; nunca lo será el mismo.
  • Así comenzamos a observarnos. Desde luego, nos olvidamos de observarnos cuando retomemos la rutina de todos los días. Cuando estemos nuevamente en la calle y comenzamos a correr, a apurarnos sin descanso, o cuando vemos que los entretenimientos tienen más fuerza seductora sobre nosotros mismos.
  • Pero no ha de faltar el instante de nuevamente hacer un alto en el correr de la vida, buscar el silencio y encontrar la oportunidad de observar todo nuestro entorno. Recordamos que una vez al observarnos hemos descubierto algo. Por pequeño que haya sido, nos representa hoy un gran valor. El valor consiste en seguir adelante y seguir observándonos. En tal camino de la observación nos descubriremos a nosotros mismos. Eso puede asustarnos. Ciertamente, este sendero es para valientes y osados. Al tiempo descubrimos, que para conocer a los demás debemos conocernos a nosotros mismos. Además habremos encontrado una relación entre el mundo interior y el exterior.
  • “Descubrimos en aquel instante que hay un vínculo entre ambos mundos, que es muy estrecho, si es que me haya tomado el necesario tiempo y paciencia para ello.”
  • En tal observación incluimos nuestras reacciones de lo que sucede. Estas sensaciones, aquellas impresiones que atañen al mundo del pensamiento, de las mismas ideas, nos hacen ver que tenemos un centro mental, que tiene sus propias funciones, y que son muy específicas. Por otro lado notamos que existe un centro emotivo con todo su vasto mundo desde las sensaciones burdas hasta los más elevados sentimientos y percepciones, o notamos la existencia del centro motor, que tiene sus leyes propias de tipo mecánico. Además de tales centros notamos muy en especial en la actualidad un marcado énfasis en todo lo que es el sexo. O sea que también tenemos un centro sexual, que es preciso gobernarlo para ser realmente efectivo en la vida. El último centro, que es bastante desconocido en la generalidad, el centro instintivo, que funciona sin nuestro real cuidado.
  • Cuando aprendamos el funcionamiento de tales centros y a conocer sus características específicas, su relación entre sí, es cuando podremos realizar con más éxito la observación descrita anteriormente. Son tales centros los que reciben las impresiones del mundo externo, y es de suma importancia de cómo las elaboramos, las ordenamos y clasificamos en tales centros, y únicamente así ellos nos podrán ser útiles para descubrirnos a nosotros mismos. Así tenemos que registrar muchos errores provenientes del mal uso dado a los centros, y tales errores han promovido y siguen manteniéndonos en la ilusión de ver la realidad. En las religiones se ha hablado mucho de la necesidad de despertar, de nacer de nuevo, convertirse, etc.
  • Nos encontramos en el estado de sueño. En este sueño (como el que tenemos al descansar en la cama, en donde nos confundimos con la realidad) lo tomamos como realidad y no nos damos cuenta de que estamos soñando. De la misma manera, en estado vigílico soñamos que estamos presenciando toda nuestra realidad. Tal confusión proviene del erróneo uso que le hemos dado a los centros; del desconocimiento de nosotros mismos por no observarnos, y por no recordarnos durante el día. Recordarnos es permanecer en el presente; es un estado de ser consciente, y únicamente en tal estado de conciencia vemos la plenitud de la realidad, de las reales posibilidades del hombre; es el estado en donde hay una transformación en nosotros y en donde también el mundo se ha de transformar. Recién ahí habrá una posibilidad de una convivencia en paz y comprensión entre los hombres, en donde sabremos amar íntegramente, sabiendo pertenecer a la familia de toda esta maravillosa creación.

Nuestro Modo de Ser atrae nuestra Vida

  • Se dice en el Cuarto Camino que no nos conocemos a nosotros mismos lo suficiente. La idea de que nuestro Ser atrae nuestra Vida y de que pensamos conocernos, están juntas. Significa, en suma, que imaginamos conocer nuestro Ser. Pero no lo conocemos. Si nos conociéramos lo suficiente no sería necesaria la auto-observación.
  • No conocemos nuestro Ser, y así no comprendemos por qué atraemos las situaciones y eventos de nuestra vida. Si tuviéramos un suficiente conocimiento de sí, podríamos ver que necesitamos esa clase de vida o que podríamos hacerla diferente. Ahora bien, sólo el Trabajo sobre uno mismo, es decir un real autoconocimiento, tal como el que plantea la filosofía holística o el cuarto camino de Gurdjieff, puede cambiar nuestro Ser.
  • Dice Maurice Nicoll (discípulo de Ouspensky): “Aparentemente a menudo ocurre así, porque la gente me pregunta sobre qué cosa han de trabajar. La respuesta tal vez sea que no pueden observarse a sí mismas y así siguen siendo “ciegas”.
    Muchos años antes de conocer este Trabajo (Cuarto Camino) era discípulo de Jung en Zúrich. Una de las cosas útiles que nos enseñaba es que todos tenemos una sombra psicológica y que el comienzo del camino a la evolución interna radica en hacer que esa sombra se volviese gradualmente consciente. La sombra es aquella parte de nosotros de la cual no somos conscientes, aunque debamos serlo —con dolor para nuestro orgullo tanto como para nuestra vanidad—, lo cual es el sufrimiento consciente —que llega a ser eventualmente consciente—. Es enfrentarse con la propia sombra, si somos serios. Desde luego, modifica profundamente nuestra idea de nosotros mismos. Aquella sombra, que está en todos, puede provocar la catástrofe en nuestra vida, mientras sigamos siendo inconscientes de ella. Como parte de nuestro Ser que no reconocemos, atrae muchas cosas que parecen incomprensibles en nuestra Vida, debido a que no las aceptamos. Alguien que ha reconocido la sombra personal y colectiva es un ser más consciente“.

El Sufrimiento Inútil

  • En este comentario, haremos hincapié en dos ideas-semilla del Cuarto camino, y por ende de la psicología transpersonal, a saber:
    – Que nuestro Ser atrae nuestra vida
    – Que no nos conocemos a nosotros mismos.
  • La carencia de conocimiento de sí es la regla en la existencia humana y contribuye en mucho al inútil sufrimiento del Hombre. Porque la energía humana que se gasta en sufrimiento inútil, cuando se la ve en una visión, es increíble y terrible. ¿Ha notado usted, de paso, cuánta energía derrocha realmente en sufrimiento inútil? Tal vez haya pasado la mañana sintiéndose desdichado, o de mal humor, o lleno de auto-compasión. Pues bien, ese es sufrimiento inútil. Hemos de sacrificar nuestro sufrimiento, es decir prescindir del sufrimiento inútil, quitarlo de nuestras vidas como quien quita una maleza de su jardín —esta es una idea presenta también en el budismo, además del cuarto camino y también de la psicología de Jung-. ¿Pero acaso lo sacrificamos? Claro que no. En principio porque no se nos enseña a hacerlo. De hech,o desde pequeños muchas veces imitamos emociones negativas de quienes nos rodean creándonos este tipo de sufrimiento inútil a la larga. Dice Gurdjieff que si pudiéramos tocar nuestra vida objetivamente mediante el verdadero auto-conocimiento, no tendríamos ni podríamos tener sentimientos inútiles de esa clase.
  • Retomaremos ahora a las dos cosas que mencionadas —a saber—, que nuestro Ser atrae nuestra vida y que no nos conocemos a nosotros mismos. —¿Qué es lo que impide que esto suceda así? Las respuestas son sencillas. Las ilusiones lo impiden. En el primer caso, no somos culpables de nada de lo que nos sucede en el sentido ordinario. Es siempre la culpa del otro. Es así como lo creemos mecánicamente. Por eso no podemos ver que la culpa es verdaderamente nuestra. Por lo tanto no deseamos cambiar nuestro Ser ni vemos conexión alguna entre esto y lo que nos sucede en la vida. En el segundo caso, desde luego nos conocemos a nosotros mismos. ¡Qué tontería decir que no me conozco a mí mismo! ¿Quién podría conocerme mejor que yo mismo? Esto es de nuevo pura ilusión. Hay maneras de librarse de esto, y siempre las hubo, en todas las épocas. Porque la enseñanza esotérica se refiere a salir de ello.

Videos Relacionados

¿Qué es el Cuarto Camino de G. I. Gurdjieff?

G. I. Gurdjieff "El Hombre más Misterioso del Siglo", a 69 años de su fallecimiento.

Método del Cuarto Camino de G. I. Gurdjieff y Ouspensky

9 Prácticas para la Libertad - Jung Gnóstico, Gurdjieff y los Esenios

Esperanza para el Futuro - Jung Gnóstico, Gurdjieff y los Esenios